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la cresta de Limo

- xix -

A la noche estoy desesperada por la zurda y el desasosiego hace de mí una presa fácil. Crujo como mimbre. Pero me evado con él en mi sofá y se me trasnocha la preocupación como si fuera leve como un quejido sordo, aunque algo que no soy yo también cruje . Duermo tranquila luego un sueño profundo  que no termina por ser reparador pero si lo bastante sueño y lo bastante confuso. Me chirría algo dentro. Una sospecha. Eso ya a la tarde de hoy.
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Entonces, antes me cuelo en su correo. Ella no ha querido cambiar la contraseña que yo me sabía y descubro camuflada en una carpeta con el título de personal algo que me disgusta horrores y no lloro porque por eso ya no sé: un brote de auto-engaño adosado como un jardín de jazmines y mimosas a ese chalecito de nuestra conversación. Ella me había comentado la posibilidad de endosarle a su terapeuta esa retahíla de dolores que yo le he cincelado al mediodía de esta mañana. Le digo que no me parece sano, quiero decir, claudicar al esfuerzo que supone enfrentarse a eso mismo pero por uno mismo. No escarbar la tierra a dentelladas para sembrar tus propios bulbos o desenterrar para luego enterrar para siempre y por los siglos de los siglos  amén, tus jodidas mortajas. Vamos, hombre, quememos París cándido y a las momias del museo de cera. Eso tendrían que ser ya para nosotras la adolescencia y la niñez. Es que me parece tan ridículo a los cuarenta seguir culpando de nuestros errores a los mismos de siempre. Lo fácil. Lo dulce. Lo irreversible. Yo creo que si uno tiene que divorciarse de los planteamientos circulares tiene que primero aprender a distinguirlos y no preguntar: ¿qué quieres decir?. Y ella ni idea, aunque a lo mejor me equivoco. Pero sé que no y  si no salen a la luz es difícil darse cuenta o al menos al principio. Y yo quiero ganar tiempo. Y a lo mejor también son malas mis prisas. En realidad no las tengo por los resultados sino por la gravedad del asunto. Es que ayer me asustó.  La zurda me Asustó. Yo creo que no me equivoco cuando alguien anda muy cerca de traspasar la frontera de esa línea sin retorno o con regreso difícil. Ella escribe que quiere separarse porque su marido y su madre ... bueno, lo que sea, eso lo  dejo ahí, sólo al gusto del consumidor. Y obvia así todo su oscurantismo. Además es una maldita mentira, una patraña. Un disfraz donde esconder lo único que le importa: la gelidez de sus capitulaciones. Le escribo ahora un mensaje corto porque me he disgustado. No vengas a buscarme despues del tanatorio que no voy a salir, no me apetece y prefiero meterme en la cama. Aunque en realidad lo hago porque sé que voy a delatarme y la voy a acabar cagando todavía más, y como sucedió ayer.. Y también porque sé que iremos a ese bar y puede que esta noche se encuentre allí ese chico al que hace casi quince días que no veo y al que poco a poco me he dado cuenta de que deseo seguir sin ver. El sexo sólo sexo es tan fácil matarlo y te deja el espíritu tan  amainado y tan inapetente cuando muere. Y además  cuando muere es tan difìcil de resucitar nada de él. Creo que me daría hasta... no es pena,  no sé pero verlo delante como 'otro' y no como me gustaba imaginarlo sin terminar de imaginar... Sí, a pesar de las apariencias. Porque yo ahora lo único que recuerdo de esa borrachera  es la resaca de un dolor de cabeza o dos y lo que me temo que voy a recordar siempre: la última factura de Vodafone. Y ese es el mayor dolor: 70 euros del ala por volverme inconsciente o incauta durante un mes.. Aunque me gustaría mucho terminar por recordar sólo  la historia hermosa que fue, que también fue durante algunas horas de una semana espaciada y repartida por cuatro meses entre la primavera y el verano. Si es que la hubo alguna vez, claro, porque de momento ya no la veo por ninguna parte. A eso me refiero. Y después de todo con eso de la zurda he de aprender a confiar en el criterio clarividente de otro que si tanto se parece a mí...  sabrá cómo distinguir. ¿Qué me emponzoña un poco de esto? Joder, es que ella no se dará cuenta pero en ese correo subrepticio no hizo más que escribir otra condena para esa amiga que ahora tanto la enajenaba la idea de no poder defender. Es que lo que más me jode (aunque ella jamás se exprese así) es que te culpen a ti de todo. Y después de todo qué es lo suyo...  sólo me parece una traición como las demás, aunque la entienda más y me preocupe mucho menos, pero como las mil anteriores, o las mil que seguirán y seguirán sin preocuparme. Y yo lo único que quiero es que se mejore  pronto y mintiéndose así no va a poder. Porque doler a mí no me duele ya ninguna cosa ni del pasado ni del presente, y por eso le pedí que cambiase su contraseña, para poderme perder de los entresijos de sus excusas pero no quiso y si no lo hace todo terminará por complicarse mucho más cuanto más traté de esconderlo. Y yo sólo quiero saber callarlo o aprehender. Como cuando ayer me dijo que quería presentarme a aquel alcohólico. Fui muy cruda pero no lo pude evitar. ¿Y para qué me lo quieres presentar? ¿Para calentarle conmigo y así tú poder calentarte con el morbo sintiéndote segura con él mientras no te mojas ni un pelo del coño? Pues no. Yo es que esas cosas siempre las he tenido meridianas. Maldita y jodida comprensión para todo menos para eso. Pero cuanto la agradezco. Y luego sus te equivocas, te equivocas conmigo, ofendidos. Como con el asunto de la psicóloga. Es que era tan sencillo de deducir. Porque no es como yo pero es como yo. ¿Y qué buscaría yo? ¿la tensión sexual? Pues ella lo mismo y por eso siempre elegiría a una mujer.  ¡Y qué bastardos somos con nuestros más bastardos actos!  Ojalá se atreviera a decirle a él lo que yo le dije al hombre de aquella cafetería después de la cena en el chino: ¿Me llevas a tal sitio? Porque eso fue lo primero que ellos hablaron, me refiero a ella y a su marido y así continúan las cosas diecisiete años después, y aunque ella también lo haya vivido como su más largo olvido. Y eso tiene mala cura, ¿o no?
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P.S: Tenéis que perdonarme pero esto es un desahogo sólo que he escrito en cinco minutos y no escribo siquiera para que nadie lo entienda, que en realidad es como sé que me gustaría escribir aquí.
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P.S: He vuelto a leer el correo después de que la misma zurda quiso  enseñármelo y tampoco es que me culpe exactamente de que esa información fuera la causa de su necesidad  impereriosa de separararse de su marido. Simplemente ha perdido la perspectiva con respecto a los hechos. Y lo que  dice  es que se sintió muy traicionada en ese momento y yo no tengo derecho a dudar de que sea así y además, creo que soy incapaz de ponerme en su lugar y por tanto no puedo comprender ni empatizar con lo que siente. Y si yo se lo conté  a ella fue porque no soportaba que ella se juzgase tan duramente cuando él andaba vanagloriándose de tener a su suegra abierta de piernas y  a su disposición cuando él quisiera.  El error lo cometió él porque joder, eso tendría que ser un secreto inconfesable. Pero mira que ir a contármelo a mí que sabe de sobra que soy la amiga de su mujer.

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